Hay muchas maneras de disfrutar de la vida en familia o con amigos. Seguro que cada cual tenéis alguna actividad que adoráis realizar con estas personas y que tiene una especial importancia sentimental. No es para menos. Es necesario pasar tiempo de calidad con los vuestros y no cabe la menor duda de que la gastronomía es siempre una de las maneras que tenemos de hacerlo posible. En España, ir de comida o pasar un día en un restaurante, en algún entorno natural, es bastante tradicional y todo el mundo tiene claro que es indispensable para sacarnos la mejor de las sonrisas.
Ayuda mucho que lo que comamos y bebamos sea de calidad. Si combinamos el sabor que dejan los productos de primera línea con el calor de la amistad o la familia, encontraremos una manera perfecta de conseguir avances en lo que respecta a nuestra felicidad y bienestar. España, por suerte, presenta una variedad de productos que son idóneos en ese sentido: jamón, queso, vino, paella, migas, aceite de oliva… La lista es muy amplia y está claro que hay que disfrutar de manjares como los que acabamos de mencionar para terminar de redondear el día. En los párrafos que siguen, vamos a centrar nuestro foco en uno de ellos. No es otro que el vino.
Hablamos, sin duda, de uno de los máximos exponentes de nuestra gastronomía. Son muchas las hectáreas de nuestro país que se dedican al cultivo de uva. Y son muchas las denominaciones de origen y vinos de calidad que se generan en el interior de nuestras fronteras. Por eso, siempre que hay una reunión familiar o de amigos, la presencia de un buen vino es bastante probable. Es, sin duda, una de las mejores maneras de maridar nuestras comidas y de hacer posible que esas reuniones se recuerden tanto por la buena compañía como por el buen sabor de boca (literal) que nos dejan. ¿Acaso esto no merece la pena?
El consumo de vino en España no siempre ha seguido una tendencia al alza. Los ciclos (tanto buenos como no tan buenos) son algo habitual en cualquier tipo de consumo y el vino ha experimentado algunos años de caídas en lo que respecta a su consumo en España, si bien es cierto que nos estamos recuperando de una manera bastante interesante en los últimos tiempos como vamos a ver a continuación. La gente ha vuelto a desear en mayor medida un producto como del que estamos hablando, que nunca ha dejado de ser un habitual en reuniones de todo tipo pero que ahora lo es todavía más.
Una noticia publicada en la página web del diario El Economista destacaba el crecimiento que ya se estaba experimentando en febrero de 2022, cuando el consumo se había acrecentado en más de un 20% con respecto a los datos que se habían recogido en el mismo mes del año anterior. De ahí que el titular de la noticia indicara que el consumo de vino en España se estaba recuperando a ritmo de récord. Y es que no todos los años se recupera un sector en un 20% con respecto al mismo mes del año inmediatamente anterior. Eso solo lo puede hacer un producto que esté arraigado en el lugar que es objeto de análisis, algo que, en efecto, ocurre con el vino en un país como lo es el nuestro.
Y es que, tal y como apunta una noticia que aparecía en la Revista del Vino, España es el octavo país del mundo en lo que respecta al consumo de vino por persona. El volumen es de 26’2 litros por cada persona al año. El líder en este sentido es Portugal, que casi nos dobla (51 litros), y Francia e Italia ocupan los otros dos cajones del podio con entre 46 y 47 litros por persona al año. Suiza, Austria y Alemania también marchan por delante de nosotros en esta clasificación, confirmando un dominio europeo que solo se ve invadido por Australia, quien ocupa la sexta plaza con 28’7 litros. Como veis, no estamos mal posicionados y tenemos a tiro a algunos de los países que van por delante, si bien es cierto que estamos lejos de los tres primeros puestos.
Nuestro país es, al mismo tiempo, uno de los máximos productores del mundo. Hay algunos países, como lo son Francia e Italia, que también se encuentran muy parejos y algunos que vienen despuntando mucho en este sentido, como es el caso de China. Pero nosotros, además de por la cantidad, nos venimos diferenciando por una calidad que está fuera de toda duda y que se origina gracias a la fertilidad de nuestras tierras. Y es que España está situada en una porción de terreno que es idónea para la producción de vino. No tendremos petróleo, pero de vino andamos sobrados y con eso nos basta.
Y es que le sacamos rédito a un producto como del que estamos hablando. Estamos en la terna de países que más producen, pero en lo que respecta al consumo ya hemos destacado que nos encontramos en la octava posición, de lo que se deduce que España exporta buena parte del vino que genera. ¿La consecuencia? Que somos un país muy bien posicionado en el mercado exterior del vino y obtenemos una gran cantidad de dinero gracias a él. Sin duda, es una de nuestras grandes fuentes de financiación más allá de nuestras fronteras y hay que hacer lo que sea necesario para que así siga siendo. Esa apuesta por la calidad de la que hablábamos más arriba debe seguir formando parte de nuestra filosofía en lo que a la producción de vino se refiere… y estamos seguros de que así seguirá siendo.
El vino es siempre un sinónimo de alegría y de felicidad por encontrarnos con los nuestros. Nunca falta cuando estamos con nuestras familias o amigos y ese, además de su sabor, es el motivo por el cual siempre queremos tener una botella cerca. Además, y según nos indican desde Bodegas Federico, una entidad especialista en un producto como del que estamos hablando y que se sitúa en la provincia de Valladolid, se ha incentivado la compra gracias a las facilidades que vienen proporcionadas por la compra online, que permite que tengamos acceso a cualquier tipo de vino aunque no se comercialice en la zona en la que vivimos.
Imagen de marca para nuestro país
Puede haber una buena cantidad de productos que hablen a las mil maravillas de España más allá de nuestras fronteras. El aceite de oliva, por ejemplo, causa sensación en buena parte de los países del mundo. El jamón ibérico es una de nuestras más evidentes señas de identidad. El queso también deja el listón de España muy alto en el extranjero. No cabe la menor duda de que debemos estar tremendamente orgullosos de los productos que nacen en nuestra tierra y que se terminan de desarrollar aquí. El vino, además de todos los que os acabamos de comentar, también es uno de nuestros grandes motivos de orgullo patrio.
Dos de los países en los que más vino español se consume son Estados Unidos y China. Nosotros somos de las personas que pensamos que esa es una noticia excelente para nuestros intereses, en primer lugar porque constituyen dos mercados de enormes dimensiones y, en segunda instancia, porque son países que producen mucho vino y, aún así, deciden comprar el nuestro, lo que deja claro que somos una referencia dentro del sector y que nuestro vino es uno de los más codiciados dentro de la esfera internacional. La reputación que esto genera para un país como España es francamente impagable y se va a mantener durante muchos años. No nos cabe la menor duda.
Uno de los secretos para producir vinos de tan buena calidad en España es, como ya hemos destacado previamente, es la tierra en la que se cultivan. Pero eso no es lo único con lo que tenemos que contar para tener éxito en estas lides. La experiencia de siglos cultivando un vino de excelente calidad también tiene mucho que ver en los resultados que conseguimos a día de hoy. Cuando se ha trabajado toda la vida con unos parámetros que nos han reportado grandes productos, solo tenemos que mantener las cosas que se han ido haciendo bien para liderar nuestro sector. Y eso es lo que estamos consiguiendo en lo que respecta al vino de nuestro país.
Estamos convencidos de que vamos a seguir liderando una actividad como la que está ligada a la producción y venta del vino en todo el mundo. Es, sin duda, una de las alegrías de nuestra economía y también de nuestras vidas. Si una persona recuerda alguno de los mejores momentos que ha vivido a lo largo de su existencia o en los últimos años, probablemente se encontrará con que había una botella de vino cerca. No todos los productos pueden presumir de lo mismo, ¿no os parece?
