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Ventanas como las nuestras solo se encuentran en España

He tenido de la suerte de haber recibido una buena educación por parte de mis padres, que siempre intentaron que no me faltara nada en ese ámbito, y también pude optar a alguna beca del Ministerio de Educación y Ciencia para estudiar en el extranjero algún verano. Es por esto que conozco muchos lugares de Europa, y en vez de sus hoteles he recorrido muchos pisos de estudiantes, residencias y colegios mayores. Y si hay con lo que me he quedado de todo ese tiempo en el que estuve fuera es que las ventanas de por ahí no son como las nuestras. Aquí tenemos fabricantes de calidad. Ventabria, en Cantabria, es el principal ejemplo de ello, y, lo más importante, tenemos persianas.

Y es que aquí es donde está la clave de por qué los españoles dormimos mucho mejor en nuestras casas que cuando nos vamos al extranjero. Está claro por supuesto que también influyen otro tipo de cosas, como el hecho de cambiar de colchón o dormir sobre uno de calidad, pero el hecho de no haya persianas fuera de España hace que el sueño sea más complicado.

Yo lo sentí muchísimo cuando estaba en Irlanda. El primer día no me di cuenta, ya que llegué tan tarde a casa que era de noche y al no tener claridad en la habitación pensaba que estaba todo cerrado. Pero al día siguiente por la mañana la luz que entraba era inmensa desde ya muy temprano, ya que allí amanece antes que aquí. Ahí fue cuando me di cuenta de que en lugar de persianas en el cuarto había unas cortinas gruesas y opacas con las que tapar el cristal, así que esa noche probé a correrlas. Y es cierto que algo tapan la luz, pero nada tiene que ver con las persianas rígidas de nuestras casas, de pvc o de aluminio, en función de cómo las queramos de ligeras. No deja de ser tela, así que la luz se cuela de todas formas por donde hace las dobleces y allá por donde no está pegada al cristal. Algo similar a lo que ocurre cuando queremos cerrar por completo la cortina de un probador, que es totalmente imposible.

Pensaba que esto podía ser algo fruto de ese colegio mayor en el que estaba alojada, pero el resto de los viajes me lo han ido confirmando. En Alemania me ocurrió lo mismo, en Dinamarca, Londres, Suecia, Italia… Incluso cuando fui de vacaciones a Rumanía vi el mismo sistema para tapar la luz. Lo que me hace pensar que, al menos en esto, estamos a la cabeza de Europa, porque yo duermo mucho mejor así que con luz colándose directamente o dándome el sol por las rendijas en la cara.

La almohada tampoco existe en muchos países

Asimismo, en uno de estos viajes de estudios fui conociendo a gente de otros países que iba también a mis destinos a estudiar idiomas. Una de las chicas con las que mejor me llevaba, una francesa llamada Anne, vino años después a Madrid para estar presente en mi boda. Aquí durmió en un hotel de la Gran Vía y lo curioso fue que una de las cosas que me comentó con pasmo, además del hecho de haberse encontrado con nuestras persianas en las ventanas del hotel, fue el hecho de que todas las camas tuviesen una buena almohada, algo que según me comentó no es nada común en su país y no en todos los que ha estado.

No sé por qué será, pero en España parece que amamos la buena la vida, y parte de ella es el dormir al menos nuestras ocho horas, con su buena siesta, y dormir todo esto bien, con un sueño reparador.

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