Cuando se habla de Cádiz uno siempre se imagine las playas, el famoso Carnaval o un partido en el estadio Ramón de Carranza (o como se llame ahora). Sin embargo, Cádiz es mucho más, y sobre todo es mucho más cuando hablamos de Jerez de la Frontera. Y es que la ciudad de Cádiz se lleva la fama, sin embargo, Jerez es el hermano mayor. Una ciudad que no puedes dejar de visitar porque vas a encontrar un sinfín de actividades. El único pero que se la puede poner es que no tiene playa y mar, pero por lo demás, es la envidia. Os cuento las razones.
Aunque Jerez es mundialmente conocida en el mundo por sus vinos y bodegas, también lo es por sus bellos caballos y por ser cuna del arte flamenco. Pero sin duda también es un destino que ofrece experiencias únicas y diferentes a partir de actividades culturales, de ocio y eno-gastronómicas. Un gran número de actividades turísticas.
Visita a una bodega
Comenzamos por lo más clásico que se puede hacer en Jerez. Si hay un embajador por excelencia de Jerez, este es su vino. La historia y la cultura de la ciudad están estrechamente ligada a la historia del vino de Jerez, que ha marcado este destino desde su propia concepción urbanística. Vas a tener muchas opciones donde escoger. Las bodegas de Jerez abren sus puertas al visitante y le invitan a adentrarse en el apasionante mundo de soleras y criaderas, el sistema de producción del jerez. Pero Jerez también cuenta con bodegas que elaboran vinos tintos, blancos y rosados bajo la Indicación Tierra de Cádiz, vinos de autor que gozan de un reconocido prestigio, y que se suman al jerez. No te puedes ir sin hacer esta visita. La oferta enoturística es amplia. Desde recorrer el paisaje del viñedo hasta participar en una cata de vinos frente a una de las puestas de sol más impresionantes que se puedan recordar, participar en las labores de la viña, visitar una bodega. ¿Te apuntas?
Caballos
Hablar de Jerez es hablar de caballo. A lo largo de su historia ha sido un elemento clave para entender un territorio que igualmente goza de fama mundial por ser la cuna de los prestigiosos caballos cartujanos, algo que se remonta al siglo XV. En torno al caballo, Jerez, integrada en la Red de Ciudades Europeas del Caballo, Euroequus, ha desarrollado una industria muy potente que la posiciona como referencia internacional. Jerez cuenta con algunas de las más importantes ganaderías y yeguadas del territorio nacional, así como una amplia variedad de recursos y servicios turísticos, para conocer el mundo del caballo y practicar la equitación.
Visita a un tablao flamenco
Hablar de Jerez es hacerlo de arte, y hablar de arte es hacerlo de flamenco. Por eso, no te puedes ir de Jerez sin visitar un tablao flamenco. En este caso en el mismísimo corazón de Jerez, entre dos de los bares más señeros de la ciudad y a dos pasos del Teatro Villamarta y del edificio de Correos, se encuentra situado “Tabanco El Pasaje” considerado el tabanco más antiguo de la ciudad, ya que fuera inaugurado por su primer dueño, don José González Navarro, el 16 de diciembre de 1925. ¿Qué es un tabanco? Pues un lugar donde se une Vino, gastronomía, flamenco e historia. Tres ingredientes que combinan a la perfección en el que está reconocido como el tabanco más antiguo de Jerez, donde se sirve directamente de la bota y es posible disfrutar de flamenco todos los días del año. Sin duda, una visita obligada.
Gastronomía
Y los viajes no son viajes si no se disfruta de la gastronomía de un lugar. Pues en Jerez puedes hacerlo de lo lindo. Entre los platos típicos encontramos la berza jerezana, riñones al jerez, cola de toro, chicharrones, quesos, o el plato típico de los viñadores ‘el ajo de viña’ que se sirve en los meses de otoño e invierno junto al vino joven, o el tocino de cielo y el Pedro Ximénez como delicatessen en los postres.
Calle Larga
En esta calle peatonal, cuyos orígenes se remontan en el siglo XVI, se concentran gran cantidad de tiendas, restaurantes y bares como La Moderna, con más de 100 años de antigüedad, además de edificios históricos como el Palacio de Villamarta de estilo renacentista, y los edificios de La Gran Peña y el Gallo Azul, una curiosa construcción de planta circular.