Los bares y restaurantes en muchas zonas de nuestro país tienen como aliado el buen tiempo. Nuestro clima benigno y tantas horas de sol ayudan a que muchos turistas vengan a España, pero también hacen que a veces sea molesto tanto sol. Para evitarlos, los toldos son unos grandes aliados.
En esta ocasión queremos hablar de su importancia y de cómo podemos elegir un toldo que responda de verdad a nuestras necesidades.
Cuando pensamos en la compra de un toldo, hay que pensar en algo más que el precio, pues hacerlo es arriesgarnos a comprar un toldo que no sea de buena calidad que vaya a durarnos poco tiempo.
A la hora de comprar toldo, en nuestro caso miramos en centros comerciales, pero sinceramente, no vimos una atención muy especializada, por lo que nos tocó acudir a Internet. En la red vimos buenas opiniones sobre Toldos Clot que llevaban más de cuarto de siglo en el sector y optamos por contactar con ellos, donde nos aconsejaron qué es lo que más nos podía convenir a la hora de adquirir un toldo. Mi consejo es que siempre que puedas optes por un trato personalizado como éste. Así sabes que realmente merece la pena lo que adquieres.
Una vez se tiene claro esto, os contaré un poco las alternativas que nos comentaron y así sabéis más sobre los toldos.
¿Cómo elegir un buen toldo?
Debemos pensar en la ubicación por lo que merece la pena calcular las medidas para así tener la seguridad de que el toldo tendrá una sombra adecuada a las necesidades que tengamos. Atentos a la línea y su proyección. Hay varias clases de balcones:
Tipo telón: un sistema que consiste en unos brazos abatibles colocados en el tubo de caída y que se fijan a la barandilla. Cuentan con dos posiciones, la vertical, que protege contra la lluvia y la proyectada, que se encarga de facilitar la visión en el exterior.
Tipo capota: muy adecuado para las ventanas que son pequeñas. De forma cuadrada o semicurva, donde los hay de dos tipos, los móviles y los fijos.
Brazo articulado: son los mejores cuando las ventanas son grandes y hay salidas a terrazas o jardines. Se habla de toldos enrollables y extensibles cuando alcanzan una inclinación de 90 grados o llegan a cubrir cuatro metros cuadros.
Con cofre: los que más protegen, ya que cuando se cierran, el toldo se recoge sobre él mismo, de forma que tanto polvo como humedad no deterioran el mecanismo.
Si estamos pensando en seleccionar una clase de tela, es necesario tener en mente el clima que acostumbra a hacer, así como la luz y protección que se quiere tener contra la radiación solar. La lona acrílica cuenta con una alta resistencia a la decoloración y las de PVC tienen gran resistencia a que los temidos desgarramientos.
De las mayores novedades existente en el sector provienen del uso de tela sintética con FPS. Fue donde se produjo la mayor protección frente a los rayos solares, siendo recomendable optar por un tejido que pueda combinar la fibra de vidrio o poliéster junto al PVC.
No nos olvidemos del color, es importante. Por lo general se piensa que los colores oscuros absorben mayor porcentaje de luz y retinen más el calor, pero si tienen buen gramaje y tonos oscuros, contarás con una sombra mayor.
Si requieres más confort…
En caso de que no te guste estar liado con la típica manivela, puedes instalar un motor con interruptor o mando a distancia. De la misma forma, podéis automatizarlo con un temporizador o sensor, para que cuando el sol pueda abrirse o se recoja en el momento que haya viento o llueva.
Recuerda recogerlo en seco siempre, puesto que en casi de que esté mojado, es fundamental que se seque bien al sol antes de que se pliegue, conservando de esta forma la humedad y propiciando que se formen manchas.
Siempre tendrás que evitar usar productos químicos o con propiedades abrasivas, que lo que hacen es deteriorar el tratamiento con el que cuenta la tela en el sentido de impermeabilización. En este caso utiliza un cepillo con cerdas blancas o un trapo que cuente con un jabón de tipo neutro.