Que vaya por delante que no tengo nada en contra de Marie Kondo, de hecho sigo sus consejos para doblar la ropa (aunque no para organizar todo el armario), pero he de dejar claro que no hace falta ser una erudita del orden en casa como ella, para saber que tener las cosas organizadas en un espacio tan usable como la cocina es, como mínimo, de vital importancia para nuestra salud mental. ¿Sabéis lo que es estar buscando unas tijeras de cocina durante hora y media porque no sabes quién o dónde se han guardado? Pues eso mismo…
Marie Kondo, como con todo, tiene unos vídeos magníficos para ayudarte a organizar la cocina en casa, para las interesadas e interesados dejo este enlace a un vídeo de una joven Youtuber basado en el método Marie Kondo para ordenar este espacio. Y para aquellos que queremos algo más práctico y rápido que estar analizando cada rincón de la cajonera, vamos con unos consejos más eficientes (al menos en mi humilde opinión).
Antes de nada hay que dejar claro que por mucho que quieras tener cajones y armarios ordenador apilando instrumentos y herramientas de cocina es imposible. Ya puedes ser la persona más cuidadosa del mundo que como vayas con algo de prisa a sacar una sartén que está debajo de tres más acabarás con ese armario desordenado en menos que canta un gallo, por eso, y por mucho que nos fastidie, lo mejor es reconocer que hacen falta ciertos accesorios que nos harán la vida mucho más fácil. ¿Dónde podemos encontrarlos? Pues en Ikea hay muchísimos y a muy buen precio, en Alvimodul también podemos encontrar muy buenas ideas y en Leroy Merlín más de lo mismo. Otra opción, como casi con todo, es hacerlo todo tú mismo. Pero cuidado, una cosa es ser “manitas” y otra creerse Macgyver, así que sin pasarse.
Reglas de Oro
Yo siempre digo que hay tres “reglas de oro” que nadie en la casa debería romper:
- Si una cosa se guarda en un sitio, no lo cambies. Déjalo siempre ahí.
- Si no quieres tener que limpiar el doble, intenta mantener todo lo más limpio posible.
- Si te dejas una cosa fuera y no la guardas, la recogerás con la lengua.
Pueden parecer tres reglas un tanto estúpidas pero en mi casa siempre han funcionado, tanto con mis padres, cuando la niña era yo, como ahora con mis hijos. Y una vez que tenemos eso claro toda la santa familia, podemos empezar a organizar.
Mi primer consejo es: ama los divisores. Podemos utilizar cajas, panales divisorios hechos a mano o cualquier otro tipo de separador que nos ayude a mantener cada cosa en su lugar. Si meter cucharas, cuchillos y tenedores en un mismo cajón sin ningún tipo de contención ¿qué ocurre? Que hacen una fiesta cuando te despistas y al volver a abrir el cajón te encuentras con toda la cubertería mezclada y cruzada entre sí ¿verdad? Pues con el resto de utensilios de cocina pasará lo mismo, por grandes o pequeños que sean.
Mi segundo consejo es: coloca todo según su uso. Puede ser bastante obvio pero hay gente que lo pasa por alto. Si hay algo que usas muy a menudo ponlo tan al alcance de la mano como puedas, y aquello que usas en contadas ocasiones puedes guardarlo más. Hazme caso, puede parecer una Perogrullada, pero si no te fijas bien en estas cosas acabarás teniendo todo por en medio constantemente.
Mi tercer consejo es: los amigos de mis amigos no son mis amigos. En otras palabras, si hay algo de una misma “especie” ponlo junto, pero no mezcles churras con merinas. Los vasos y tazas puedes ponerlos en un mis armario, pero no los mezcles con las especias. Las ollas tal vez te ocupen un armario completo pero con surte podrás mezclar sartenes con planchas para cocinar, eso está genial, pero no las mezcles con otros utensilios que no tienen nada que ver como la aceitera o la espumadera, el colador, o vete tú a saber qué cosas tenemos más por los cajones.
Mi cuarto consejo es: apila lo apilable y organiza por colores. Sí, esto puede parecer muy Marie Kondo pero es puro interés por encontrar las cosas. Hacedme caso, funciona. Además, la idea la saqué de un artículo de clara.es y es muy efectiva.
Y mi quinto y último consejo: usa las puertas. Lo de los estantes al aire libre queda muy mono a modo decorativo pero si vas a usar lo que hay en ellos es mejor usar puertas. Con ellas escondes el desorden que puedas ocasionar en un momento dado y nadie se entera. Yo, personalmente, adoro las puertas.