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Plagas: un peligro de muerte para los bares y restaurantes

Coincidiréis con nosotros en señalar que uno de los negocios típicos de nuestra tierra es el bar o restaurante. La verdad es que hay poca discusión en este sentido porque es obvio que la hostelería forma parte de uno de los sectores económicos que más relevancia tienen en España desde tiempos que ni recordamos. Seguro que, a pocos metros de vuestra casa, tenéis un bar o un restaurante. Es algo típico de nuestras calles y plazas, de nuestros pueblos y ciudades, de nuestro norte y también de nuestro sur. No hay nada que defina más a España que un negocio como este.

El bar es aquel lugar al que vamos siempre que tenemos tiempo libre. ¿Qué es lo que hacemos cuando acaba la jornada y disponemos de unas horas libres antes de meternos en la cama y descansar para el día siguiente? ¿Qué hacemos cuando llega el fin de semana y dejamos de estar pendientes de la hora que es para disfrutar del momento? ¿Y dónde vamos durante nuestras vacaciones? Todas esas preguntas tienen un nexo común y es que, en sus respuestas, está siempre por algún lado la palabra “bar” o “restaurante”. Y es completamente lógico que así sea.

¿Por qué para todas esas preguntas tenemos la palabra “bar” o “restaurante” como referencia? La verdad es que tiene mucho que ver el tipo de persona con el que nos vamos a encontrar en un lugar como ese. En nuestro hogar o restaurante de toda la vida nos vamos a encontrar a personas que forman parte de nuestra existencia: vecinos, amigos, conocidos… incluso familiares. Es un lugar típico para la tertulia y para conocer cómo le va a las personas de nuestro pueblo o ciudad. Por eso la gente ama tanto estar en los bares. Por eso y por los productos que se sirven en ellos, productos que, por supuesto, forman parte de una gastronomía de tan alta calidad como la española.

Podemos pensar, llegados a este punto, que un bar es un negocio perfecto para cualquier persona. Pero lo cierto es que no tiene por qué ser así. En primer lugar, hay que conocer este negocio para tener éxito dentro de él y tener mucho oficio, porque la hostelería requiere de que echemos un montón de horas sin saber muy bien a qué hora vamos a salir cada día. Y no todo el mundo está preparado para eso. Además, la hostelería también presenta una serie de riesgos con los que debemos contar y que siempre van a estar ahí, lo queramos o no.

Una noticia publicada en la página web de Onda Cero indicaba cinco riesgos que podían acabar con la hostelería en el interior de nuestras fronteras. Vamos a verlos detenidamente:

  • La pandemia. Es verdad que este ha sido superado en los últimos años, pero la cantidad de peligros que puso por delante de los hosteleros fue bestial. De hecho, muchos de esos hosteleros cerraron sus bares o restaurantes de manera definitiva. El hecho de ser un lugar de reunión para mucha gente implicó que hubiera que controlar el aforo o incluso cerrar de manera provisional un montón de bares y restaurantes en España. La falta de ingresos, aunque fuera solamente durante unos meses, terminó con muchos de estos negocios.
  • La guerra entre Rusia y Ucrania. Esto ha afectado de una manera directa al precio y al suministro de productos como los cereales o el aceite de girasol, con lo que eso conlleva para la hostelería.
  • La inflación. Es un peligro que atenta contra cualquier tipo de negocio. Pero debemos tener en cuenta que la hostelería es una de las principales perjudicadas porque, cuando las familias intentan cortar el grifo de sus gastos, aquello por lo que empiezan suele ser lo que esté relacionado con el ocio.
  • La falta de personal. Cada vez hay menos personas que suelan desear trabajar en un negocio como la hostelería. Y ese es un gran problema, claro.
  • La fiscalidad. Ha afectado a los beneficios que obtienen muchos de los profesionales de este gremio.

Y solo hemos hablado de los riesgos más comunes. Luego hay otra serie de peligros que pueden afectar de manera más individualizada a cada bar o restaurante en concreto. Hay riesgos derivados de nuestra liquidez, riesgos derivados de nuestra popularidad, de nuestra falta de una estrategia de marketing, de nuestra ubicación en el barrio o la ciudad o riesgos que tienen que ver directamente con el local en el que operamos. Concretamente, quiero centrarme en uno que puede suponer el final de un bar o restaurante porque no hay nada que pueda hablar peor de él: hablo de las plagas.

Cualquier tipo de plaga es sumamente peligrosa para todo lo que tenga que ver con un restaurante. Y son varias las que, según podemos ver en la página web de Fumicón, pueden ser habituales. La primera de ellas es la de los roedores, algo que podemos solventar con su servicio de control de plagas en Huelva. En segunda instancia, se habla de la rata parda o la rata gris. Y, finalmente, se hace referencia a la de los insectos, que puede ser de lo más variopinta y puede generar tantos problemas como los que van asociados a las dos anteriores. La mala reputación que genera para un restaurante o para un bar este tipo de plagas es tan grande que me parece muy complicado que el negocio se pueda reponer de ello.

No hay estrategia de marketing que nos permita recuperarnos de esto. La popularidad de un negocio se resiente de una manera brutal porque la gente no va a olvidar que este u otro bar o restaurante ha sufrido una plaga de lo que sea. Sobre todo porque eso ha supuesto un peligro para los clientes. Se debe tener en consideración que la naturaleza de estos negocios está directamente ligada con la alimentación, un aspecto con el que nadie quiere jugar y que se puede ver afectado de una manera muy grave en caso de que el lugar en el que hayamos comido haya padecido los efectos de una plaga.

Por todo lo que estoy diciendo, es necesario que un restaurante o un bar ponga las medidas necesarias para evitar una situación como esta. La verdad es que este es el vivo ejemplo de lo que una pequeña inversión puede evitarnos pasar. Por suerte, muchos de los dueños y dueñas de negocios de este tipo están bien alerta ante situaciones como las que estamos describiendo y es bastante raro a día de hoy encontrar un negocio de hostelería que haya pasado por una situación como lo es una plaga. Ojalá que esta racha se prolongue para siempre.

Un tipo de negocio que abunda en nuestras calles 

Hay que tener en cuenta que, en todo momento, estamos hablando de un negocio que es muy popular en el interior de nuestras fronteras. Todo el mundo adora acudir a los bares y a los restaurantes de su confianza, así que es lógico que el número de este tipo de negocios sea tan alto. De acuerdo a lo que apunta una noticia publicada en la página web de El Economista, abrieron 3.500 restaurantes solo a lo largo del año 2023. Es una muy buena noticia que así sea y no cabe la menor duda de que eso pone de manifiesto ese amor que tenemos por disfrutar de nuestro tiempo de ocio.

Teniendo en cuenta la enorme competencia que existe dentro de este sector, os podréis imaginar la relevancia que tiene el hecho de evitar males como lo son las plagas u otros problemas que estén ligados a la salubridad de un negocio de esta naturaleza. Piensa en lo que harías tú si fueras cliente de un bar que ha padecido un problema de este tipo. ¿Acaso no te marcharías habitualmente a otro bar? ¿Preferirías quedarte en el bar que ha tenido ese problema y arriesgarte a sufrir las consecuencias de lo que una plaga puede ocasionar para la comida y la bebida que vas a ingerir?

Desde luego, hay muchas otras cosas que se deberían evitar para no ver la popularidad de un negocio como este por los suelos. Una de las cosas que hay que tener siempre en cuenta es la limpieza o la higiene. Estamos hablando de algo que es básico para la calidad del producto y del servicio que vamos a proporcionar. Vuelvo a repetir que es indispensable tratar correctamente la comida que las personas van a ingerir y que con eso no solemos jugar nadie. Si vemos un producto o alimento que creemos que no se encuentra en las condiciones óptimas, no solo no vamos a volver, sino que es posible que tomemos acciones legales contra el propio bar o restaurante en el que estamos.

Cuidando de todos los aspectos de los que he hablado, es fácil que un bar o restaurante tenga su clientela fija y tenga la posibilidad de consolidarse incluso en un sector tan difícil como lo es el de la hostelería. Ni que decir tiene que eso exige trabajo y esfuerzo, pero de eso saben mucho en una actividad como esta. Por eso, en España, los bares y restaurantes gozan por lo general de una salud tan buena.

 

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