Como seguro que ya habréis leído en algún lado, la belleza importa más que nunca. Quizá mucha gente no vea políticamente correcto el hecho de decirlo, pero es evidente que la imagen física se ha convertido en algo que es necesario cuidar si se quieren tener opciones de tener éxito en la vida. Podemos comprobarlo de una manera extremadamente sencilla: visitad el perfil de una chica o chico guapo en Instagram y revisad el número de me gustas que tiene en su última publicación o el número de seguidores y seguidoras que acumula. Seguro que es bastante superior al de me gustas y seguidoras y seguidores que tiene otra persona que quizá no sea tan bella.
Que la belleza física nos importa más que nunca es una realidad. Y también hay otras cosas que lo demuestran. Invertimos más tiempo y más dinero que nunca en este concepto porque cada vez nos preocupamos más por el tipo de ropa que llevamos, los complementos, algún tratamiento para corregir algunas de las imperfecciones que consideramos que tenemos… Estamos más pendientes de todo lo que nos hace falta para lucir con toda la perfección de la que creemos que somos capaces. Y eso está muy bien porque es algo que puede ayudarnos a reforzar la confianza que sentimos en nosotros y nosotras mismas, lo cual puede ser fundamental para tener ese éxito en la vida del que estábamos hablando más arriba.
Pero ahora imaginaros que hubiera algo que echar a por tierra todo el trabajo que habéis desarrollado con tanto mismo. Imaginaros que hubiera un detalle que no solo os negara el hecho de ser personas guapas, sino que os mantuviera a una distancia colosal de eso. Lamentamos deciros que ese tipo de detalles existen y que son muchas las personas que han incurrido en errores que han evitado que hubiera gente que se fijara en ellas. Uno de esos errores es del que os vamos a hablar de aquí en adelante y tiene que ver con el mantenimiento de un mal estado de salud dental. Nos referimos, más en concreto, a la presencia de sarro en nuestros dientes y boca.
Pero, ¿qué es el sarro y qué consecuencias tiene? El sarro es una especie de placa bacteriana que se ha mineralizado sobre nuestros dientes y que apetece a causa de una mala salud dental provocada, una dieta rica en azúcares, malos hábitos como fumar y en el que también tiene una influencia la genética, según lo que cuenta la noticia que os hemos enlazado en este párrafo y que fue publicada en la web de Libertad Digital. Las consecuencias tienen que ver con la caries, un mal aliento, la aparición de gingivitis o la presencia de una enfermedad periodontal en nuestra boca. Y, como seguro que ya habéis pensado mientras leíais estas líneas, estas no son buenas noticias ni mucho menos para el mantenimiento de nuestra belleza.
Una definición parecida a la que hemos leído es la que hace la clínica dental Cooldent, cuyos dentistas han escrito artículos relativos a la eliminación del sarro y a la prevención de su aparición. En lo que tiene que ver con la eliminación, destacan dos opciones: la limpieza dental profesional o el raspado y alisado radicular. En cuanto a la prevención, hay diversas formas con las que es mejor cumplir: cepillar los dientes al menos dos veces al día con una pasta dental que tenga flúor, usar hilo dental a diario para eliminar restos de comida, realizar enjuagues bucales con productos antibacterianos y, como no podía ser de otra manera, visitar al dentista regularmente para hacer revisiones y, si procede, limpiezas. Estos van a ser pasos que alejen al sarro de nuestra boca y que nos acerquen a tener una imagen en la que la belleza tenga una presencia destacada.
Por suerte, cuando se informa al respecto de un tema como del que estamos hablando, la gente suele fiarse de los consejos que aportan personas que se dedican de manera profesional al cuidado dental. Esa es una buena noticia y que hay que valorar porque podrían fiarse de consejos de gente que no es tan profesional. A fin de cuentas, en la red también hay muchos artículos que no son de fiar. La información es poder y, en lo que tiene que ver con cualquier truco relacionado con la belleza, una información fidedigna vale mucho. Obtenerla, por tanto, resulta indispensable.
La sonrisa es concebida como un pilar fundamental en la constitución de la belleza
Hay un montón de cuestiones que tienen una influencia en lo que respecta a poder determinar que una persona es guapa o no. El pelo, los ojos, el cuidado de la cara, la forma del cuerpo, el ser más o menos musculoso o musculosa, la altura… Todos estos son detalles que son valorados en mayor o menor medida, pero lo cierto es que la sonrisa podríamos decir que es una de las cosas en las que todo el mundo va a tener claro que juega un papel fundamental para que seamos considerados guapos o guapas. Sin una sonrisa blanca y cuidada, está claro que vamos a tener mucho más complicado que alguien nos vea como una persona con la belleza suficiente como para que le interesemos.
Por tanto, ya os podréis imaginar el daño que puede hacer el sarro a todo lo que tenga que ver con el cuidado y el mantenimiento de esa belleza. Estamos hablando de un elemento que es nocivo para eso, que nos va a quitar de raíz todas las posibilidades que podamos tener para destacar en ese sentido y que también, por tanto, va a arrancar todo lo que tenga que ver con la autoestima que nos pueda proporcionar el hecho de sentirnos guapos y guapas. La salud dental y la prevención de elementos como el sarro es entonces algo vital y que nunca tenemos que pasar por alto.
Y ojo, porque no solo tenemos que estar pendientes del sarro ni mucho menos. De acuerdo con lo que apunta una noticia que se publicó en la web del diario El Mundo en el año 2008, casi el 80% de los españoles presenta al menos un problema bucodental. Es una estadística que asusta y que va a afectar de manera directa a la belleza a la que podamos aspirar. Porque, aunque no todo el mundo tenga sarro, que nuestra salud dental no sea la mejor al final se va a traducir en el hecho de que se nos pueda caer o partir algún diente, en que tengamos halitosis, en que nuestros dientes hayan adquirido un color amarillo y otro tipo de asuntos que no nos van a venir bien para que, al mirarnos al espejo, podamos sentirnos bien con nosotros y nosotras mismas.
Cuidar de la sonrisa es algo que se debe hacer desde que se es pequeño. La salud dental debe ser un hábito, algo que forme parte de nuestro ser en todo momento y que contribuya a que apostemos por la belleza desde que somos bien pequeños, incluso aunque todavía en ese momento no seamos conscientes de ello. Es evidente que cuando somos pequeños, el argumento para cuidar de nuestros dientes es el de la salud dental. Y nunca tenemos que perder de vista todo lo que se encuentra relacionado con el mantenimiento de esa salud. Pero la belleza también es un factor que cuenta con una gran importancia en nuestra vida y tampoco debe quedar al margen.
Por supuesto, todo lo que venimos comentando debe ser atribuible tanto a hombres como a mujeres. Siempre que se habla de la belleza, se suele entender este concepto como algo más cercano a ellas que a ellos. Y no tiene por qué ser así. La sonrisa es uno de esos factores que ayuda a realzar la belleza tanto de unos como de otras. Otras partes del cuerpo suelen tener más importancia cuando hablamos de un género o de otro, pero en el caso de la sonrisa no es así en absoluto. Una persona que suele sonreír y que se pueda cuidar en lo que a la salud dental respecta, es alguien que va a contar con muchas posibilidades para deslumbrar a todas aquellas personas que se encuentran a su alrededor.
Sabemos que hay personas a las que todo lo que tiene que ver con su imagen física no les importa en absoluto puesto que suelen argumentar que la belleza está en el interior. Por supuesto, nosotros también creemos que un aspecto muy importante de la gente tiene que ver con sus valores y con su bondad. Pero eso no quiere decir que haya que dejar de lado la imagen física, que ya no solo cuenta con una importancia muy grande a la hora de conseguir llamar la atención de alguien en concreto a quien amamos, sino que también juega su papel en lo que respecta a la consecución de cierto éxito laboral. Quizá nos parezca injusto y quizá lo sea, pero esa es la realidad en la que nos movemos. Y es una realidad que no vamos a poder cambiar.