A veces nos ocurre que tenemos unos días de vacaciones y los queremos disfrutar, pero no tenemos muy claro qué tipo de turismo deseamos realizar, si de sol y de playa, de montaña y naturaleza, cultural, deportivo, náutico, gastronómico… Lo que bien sabemos es que existe una gran isla en el Mediterráneo que reúne todos y cada uno de estos diferentes modos de ocupar el tiempo libre. Merece la pena recorrer las innumerables callejuelas del casco histórico de Palma de Mallorca y contemplar los incesantes turistas provenientes de las más diversas partes del mundo que se sienten atraídos por los bellos rincones de esta alegre ciudad, su cultura, su gastronomía…
Sin ir más lejos, en este sentido aquí está una de las pizzerías más afamadas de nuestro país donde reponer fuerzas: Art de Pizza. Esta nos ofrece, con una gran variedad de productos 100% frescos, el mejor sabor de Italia impregnando pedazos de masa que van desde las manos del artesano hasta tu boca para que al fin degustes una auténtica pizza que puedes configurar por tamaño, tipo de masa e ingredientes que desees, dando como resultado una gran variedad de sabores a escoger.
Y es que en Mallorca lo tenemos todo. Esta isla nos ofrece varias opciones para disfrutar. Si deseamos el clásico turismo de sol y playa, tenemos cerca de 300 playas entre las que escoger y que van desde las extensas de arena blanca y fina, como la de Alcudia, la de Muro, la de Palma El Arenal, a las pequeñas calas, como Cala Mendia, Cala Galiota, Cala Agulla o Cala Comtessa, hasta playas formadas por rocas y guijarros, como la de Deiá o Figuera.
Si lo que se busca son restos históricos, podemos encontrarlos en la Torre de Canyamel, erigida en el siglo XIII por Jaime I, de origen musulmán, y ligada a la conquista de Mallorca. También se encuentra el Castell de Capdepera, mandado construir en el año 1300 por Jaume II, así como el Castell de Bellver, una fortificación de estilo gótico y planta circular que acoge actualmente el Museo Municipal de Historia y que domina la ciudad de Palma de Mallorca. Y no nos podemos olvidar del castillo del siglo XVII que hoy alberga el Museo Histórico Militar de San Carlos.
Entre los monumentos, podemos citar la catedral, conocida como La Seu, construida entre los siglos XIV y XVI, de estilo gótico. En ella destacan el gran rosetón y los trabajos de Gaudí y Barceló. Otra visita ineludible es el monasterio de Lluc, en plena Sierra de Tramuntana, un lugar de peregrinaje, pues en él se halla la Virgen de Lluc, patrona de Mallorca.
Entre las iglesias, son importantes de la Sant Miquel, construida sobre una mezquita musulmana, cuyo estilo es gótico, y la iglesia de Santa Eulalia, que, junto con la catedral, es la única de estilo gótico con tres naves, siendo su fachada principal de estilo neogótico y alberga un retablo barroco. Hay que pasar también por el claustro y la basílica de Sant Francesc. El claustro gótico de un convento originario del siglo XIV es el más representativo de la ciudad de Palma. Lla fachada es de estilo barroco.
Las riquezas de Mallorca
Mallorca también es bella en el subsuelo, su riqueza geológica es impresionante, sus cuevas con impresionantes columnas de estalagmitas y estalactitas desarrolladas gota a gota a través de los años están consideradas como de las más bellas a nivel mundial. Las más conocidas y visitadas son las del Drach, donde se halla uno de los lagos subterráneos más grande del mundo denominado lago Martel, las de Artá, las de Campanet, las de Génova y las dels Hams.
Si lo que buscamos es naturaleza, la Sierra de Tramontana, lo tiene todo dos lagos, dos embalses, elevadas cimas montañosas, paisajes espectaculares, flora, fauna, pueblos y aldeas que merece la pena recorrer por su interés histórico y cultural, por todo ello en el año 2011 le concedieron el título de Patrimonio Mundial de la UNESCO.