Cuando una persona sufre problemas sicológicos es cuando necesita ir a un sicólogo. ¿Pero cuándo tienen que ir? Pues cuando se ven afectadas todas las áreas de su vida, pues nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones y a su vez dichas emociones en nuestra conducta. El trabajo de un psicólogo consiste en provocar que los hábitos a nivel psicológico se modifiquen. Es la mejor forma para que se produzcan cambios a nivel cognitivo, influyendo así en las emociones y finalmente se pueda cambiar la conducta, que interfiere de forma negativa en la vida del paciente. Pero claro, para ello es obligatorio ir a una consulta la terapia que se sigue es de tipo cognitivo-conductual.
Cómo es la primera visita a un psicólogo
“¿Yo al psicólogo? Nunca. Yo no estoy loco”. Es la frase que siempre escuchas entre las personas que se tienen que someter a este tipo de terapia. Sin embargo, lo primero que tienes que saber es que una persona que necesita la ayuda de un profesional no significa que esté loco. Todo lo contrario. Las mayores dudas surgen cuando te tienes que enfrentar a tu primera visita a un psicólogo. Vamos a intentar sacarte de dudas para que sepas cómo es.
“Lo primero que hace un psicólogo es realizar una evaluación psicológica, para poder conocer el caso, y poder aplicar el tratamiento más adecuado durante el menor tiempo posible”, explican Marisa Hernández Torrijo desde Psicólogas en Zaragoza. Ya que una terapia demasiado larga es agotadora y desmotivante para el paciente. Sin olvidar, que en algunos casos, puede ser necesario intervenir en algunos aspectos ya desde la primera sesión, a la vez que se realiza dicha evaluación.
Una vez que se tienen claros los objetivos a conseguir, tanto por el psicólogo como por el paciente, se comienza con el aprendizaje de herramientas psicológicas y conductuales, de tal forma que le permitan al paciente superar su problema y las consecuencias derivadas del mismo. “A lo largo de la terapia se incluyen evaluaciones del funcionamiento de la misma, que permiten al psicólogo observar si los resultados obtenidos son los deseados”, explica la doctora.
Una vez que está terminada la sesión, la terapia suelen incluirse sesiones de seguimiento de frecuencia mensual, trimestral o anual. Todo ello se valorará y será según las necesidades del paciente, que permiten obtener información sobre el caso y comprobar que no se dan recaídas a largo plazo. La utilidad de este tratamiento es comprobar la efectividad de la terapia y el buen funcionamiento del paciente en su día a día, además de poder reforzar los aprendizajes recibidos en la terapia si fuera necesario. Será una dura carrera, sobre todo larga, pero que merecerá la pena porque se verán resultados. Y es que, como insisten en la clínica, “tu problema tiene tratamiento”.
Dentro de los posibles trastornos que puede tener una persona se incluyen diferentes parcelas:
- Fobias
- Crisis de angustia
- Trastornos de ansiedad
- Depresión
- Trastornos Adaptativos
- Distimia
- Trastornos afectivos estacionales
- Duelo
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Trastorno límite de la personalidad
- Trastorno antisocial de la personalidad
- Rasgos disfuncionales (Obsesividad, dependencia emocional, evitación, paranoide…)
Cómo es la primera visita a un psicólogo
Luego llegará el momento de la terapia. El tipo de terapia que se sigue en cada consulta es diferente. Por ejemplo, en la Psicología en Zaragoza, es la Terapia Cognitivo-Conductual, en la cual además de intervenir sobre el comportamiento inadecuado, también se interviene en las creencias y pensamientos disfuncionales que en la mayoría de las ocasiones nos llevan muchas veces a esas conductas inadecuadas.
Generalmente, al principio suele ser necesario una sesión por semana teniendo ésta una duración mínima de una hora. Posteriormente, según las necesidades de cada paciente, se suelen ir espaciando de forma progresiva en el tiempo, haciendo posible que el paciente ponga en práctica él mismo, su nueva forma de funcionar. Por último, se hace una sesión al mes como seguimiento, durante dos o tres meses para asegurar el correcto funcionamiento del paciente y prevenir futuras recaídas.
Qué es un sicólogo forense
En otras ocasiones, es preciso solicitar la presencia de un sicólogo forense. Se trata de informar y asesorar a los tribunales en lo que se refiere a los procesos psicológicos, así como a la psicopatología si la hubiera y la influencia que esto puede tener en cualquier proceso que se puede llevar a cabo en los diferentes ámbitos jurisdiccionales existentes.
La forma de transmitir esa información es a través de una evaluación psicológica, la redacción del informe pericial psicológico y la ratificación si fuera necesario en sede judicial.