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La obesidad: la gran enemiga de la salud bucal

De acuerdo a la OMS, podemos definir la obesidad y el sobrepeso como una acumulación anormal o excesiva de grasa perjudicial para la salud, de la cual muchas personas sufren hoy en día. Siendo que esta trae muchas consecuencias perjudiciales para la salud, incluyendo una reducción en la esperanza de vida de hasta siete años para quienes la padecen.

Consecuencias de la obesidad en la salud integral

Según una investigación científica realizada por la Universidad de Florida, la obesidad aumenta el riesgo de: hipertensión, diabetes, artritis, enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios y varios tipos de cáncer. Y por si todo esto fuera poco, el Consejo de Dentistas nos recuerda que también aumenta el riesgo de padecer enfermedades periodontales entre otras afecciones bucales importantes.

La obesidad puede presentarse a cualquier edad, sin embargo, las personas que la contraen más en la actualidad son cada vez más jóvenes, debido principalmente a  la práctica de malos hábitos alimenticios.

Por ejemplo, en el caso de la salud bucal, una mala alimentación conlleva una pérdida de nutrientes necesarios para la salud de nuestros dientes y encías favoreciendo la formación de caries u otras infecciones bucales.

Además, numerosos estudios han demostrado que, como dijimos anteriormente,  los pacientes que sufren obesidad son más propensos a desarrollar periodontitis y, una vez desarrollada, no suelen responder de forma positiva a los tratamientos. 

Así, esta enfermedad de las encías va debilitando el hueso que soporta a los dientes y, como consecuencia, muchas veces lleva a la pérdida de los mismos. Y es que las enfermedades periodontales (piorrea), consecuencia de la obesidad, son las causas más frecuentes de pérdida de dientes.

La aparición de todas estas afecciones es lo que hace tan importante controlar los factores de riesgo que pueden desencadenar la condición de obesidad y tomar las medidas necesarias en caso de que algún síntoma importante aparezca. Por ejemplo, para evitar que la enfermedad periodontal de la que hablábamos antes avance, es recomendable realizar una revisión bucodental cada 6 meses.

Además, el paciente enfermo deberá acudir al dentista remitido por su médico, y este retirará la placa bacteriana acumulada para evitar, sino eliminar, la inflamación de encías que pueda ocasionar. No obstante, esta limpieza profesional no es suficiente; el paciente deberá cepillarse los dientes en casa con una pasta dental antibacteriana, así como hacer uso de hilo dental y, obviamente, seguir una dieta estricta para bajar de peso y fortalecer el sistema inmunológico.

Factores de riesgo de la obesidad

La sociedad debe adquirir conciencia sobre los peligros que supone la obesidad, que, aunque muchos no la consideran como una enfermedad porque sus síntomas son silenciosos, en sus peores casos puede ocasionar cáncer, incluso en la boca, además de todas las afecciones que mencionamos antes.

Así, nos mantendremos alerta ante los factores de riesgo de forma que podamos prevenir caer en esta condición. Estos son:

  1. Ingesta inadecuada de dulces y grasas

Si las calorías que consumimos diariamente proceden de los azúcares en vez de carbohidratos complejos y de grasas,existe una mayor tendencia a padecer ambos problemas: obesidad y problemas de la salud dental.

2. Causas genéticas

Cuando se observa que hay más casos de obesidad y sobrepeso en la misma familia y no dependen de la alimentación, se sospecha quelas causas de estos problemas pueden ser genéticos. Lo mismo sucede para la caries o la gingivitis. Aunque nuestra salud bucal depende mucho de los hábitos, una pequeña parte es siempre genética.

3. Falta de actividad física

Las personas con escasa actividad física sufren obesidad o sobrepeso porque no queman todas las calorías que consumen y, a menudo, no cuidan su higiene bucal adecuadamente, por lo que sufren también problemas bucales.

En este caso, es necesario que la gente conozca exactamente cuáles son los alimentos que engordany pueden afectar los dientes. Por ejemplo, deben saber que también las bebidas dulces engordan y que debemos lavarnos los dientes después de tomarlas.

Cómo evitar la obesidad y mejorar tu salud dental al mismo tiempo 

Podemos pensar que estamos luchando contra el problema si continuamos con una dieta rica en carbohidratos y otros alimentos «pegajosos» que se adhieren a nuestros dientes y encías provocando estas alteraciones de la salud bucal, pero mejoramos nuestros hábitos de cepillado.

Sin embargo, las dietas ricas en carbohidratos y grasas suelen ser bajas en alimentos como fruta y verdura fresca, minerales, oligoelementos o proteínas ricas en aminoácidos esenciales, lo que trae aparejadas carencias que dañan el sistema inmune y, por tanto, la capacidad del organismo de luchar contra la caries y otras enfermedades de los dientes.

Es decir, no solo es necesario ingerir menos grasas y carbohidratos para cuidar nuestros dientes, sino que también debemos incluir alimentos que contengan las vitaminas, minerales y demás nutrientes que nuestro cuerpo necesita.

Por otro lado, también debemos comenzar a practicar ejercicio de forma rutinaria para vencer las consecuencias del sedentarismo.

Algunas recomendaciones para mantener un peso adecuado y una buena salud bucal  

  • Consume porciones pequeñas de alimentos y cepíllate los dientes tras consumirlos.
  • Vigila el consumo de bebidas dulces.
  • Vigila el porcentaje de tu consumo en azúcar. En caso que necesites tomar más porque practicas deporte, aumenta la ingesta también de proteínas y de carbohidratos que no sean en forma de azúcares.
  • Bebe agua y bebidas sin azúcares en lugar de bebidas con azúcar.
  • Evita la comida industrial o procesada y consume más alimentos frescos.
  • No utilices la comida como recompensa.
  • Aumenta la actividad física y bebe mucha agua, lo cual también reducirá el riesgo de enfermedades en las encías.
  • Visita al dentista por lo menos una vez al año para seguir unas revisiones periódicas.

Tener unos dientes sanos y un peso sano está directamente relacionado con nuestros hábitos alimenticios. Las consecuencias de una dieta balanceada es que nos sentiremos mucho mejor, lo cual influirá en nuestro bienestar psicológico y otras áreas de nuestra vida.

Alimentos que debemos incluir en una dieta balanceada

Para tener el peso adecuado y nuestros dientes sanos, necesitamos incluir en nuestra dieta alimentos variados para obtener todos los nutrientes y fibras que el cuerpo necesita. Los cinco grupos principales de alimentos que debemos consumir son: 

  • alimentos con almidón, incluidos el pan, las pastas, el arroz y las papas 
  • frutas y verduras 
  • leche y otros productos lácteos 
  • carne, pescado, huevos, frijoles y otras fuentes no lácteas de proteínas 
  • alimentos con alto contenido de grasa o azúcar 

Si consumes la variedad adecuada de alimentos de estos grupos, le proveerás a tu cuerpo todo lo que necesita para mantenerse saludable. Eso sí, siempre y cuando lo hagas de forma balanceada:

Alimentos con almidón

Los alimentos con almidón contienen energía en forma de carbohidratos, y liberan esta energía lentamente en el transcurso del día. Por eso, al consumirlos te harán sentirte lleno, de manera que sentirá menos hambre y tendrá menos necesidad de merendar durante el día. Esto son: el pan, las pastas, los cereales, el arroz y las papas.

Aquí te recomendamos elegir las variedades integrales y el arroz integral, ya que éstos particularmente tienen un alto contenido de fibra.

Frutas y verduras

Las frutas y las verduras son fuentes excelentes de muchos nutrientes, en particular de vitaminas, minerales y fibra.

Intenta comer al menos cinco porciones de fruta y vegetales al día, las cuales no tienen que ser todas frescas. Por ejemplo, puedes elegir las frutas y verduras secas, congeladas, enlatadas e incluso zumos.

Leche y otros productos lácteos

La leche y otros productos lácteos, tales como el queso y el yogurt, son fuentes importantes de proteínas, calcio y vitaminas.

Te recomendamos elegir opciones bajas en grasas ,tales como leche descremada o semidescremada y yogur con bajo contenido de grasa.
  

 

Carne, pescado, huevos, frijoles y otras fuentes no lácteas de proteínas

La carne, el pescado y otras alternativas, como frijoles, legumbres, huevos y nueces son todas importantes fuentes no lácteas de proteínas.

Por eso, debes intentar comer dos porciones de pescado a la semana (una porción equivale aproximadamente a 140 g). Una de estas porciones debe ser de pescado graso como macarela, salmón y arenques. Esto porque los pescados grasos son especialmente ricos en ácidos grasos omega-3 poliinsaturados, que pueden ayudar a prevenir las cardiopatías, aunque se necesitan más investigaciones para comprobar este efecto.

Por su parte, algunos tipos de carnes tienen un alto contenido de grasas, por lo que siempre debes eliminar la piel y las grasas sobrantes. También puedes asar a la parrilla, hornear o hervir las carnes y el pescado en lugar de freírlos.

Además, es importante que trates de limitar la cantidad de carnes procesadas que comes (como los embutidos y las hamburguesas de res) ya que estos alimentos contienen frecuentemente gran contenido de grasas y pueden aumentar el riesgo de cáncer intestinal.

Alimentos con alto contenido de grasa y azúcar

Las grasas son una parte importante de una dieta, lo importante es no  ingerirlas en grandes cantidades. Más bien, intenta comer menos grasa en general y cuida el tipo de grasas que comes. Por ejemplo, trata de reemplazar los alimentos con alto contenido de grasas saturadas (nocivas) como mantequilla, repostería y quesos, por alimentos con alto contenido de grasas no saturadas (sanas) como aguacate y aceite de oliva.

En el caso de los alimentos azucarados como dulces y galletas, le dan energía a tu cuerpo, pero no muchos nutrientes. Además que también pueden causar caries y gingivitis. Por lo mismo, trata de limitar las cantidades que comes.

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